Sustentabilidad en la práctica
¡El plástico del bien!
La donación de residuos plásticos del Complejo Químico de BASF en Guaratinguetá, SP, colabora con la terapia ofrecida por la Fazenda da Esperança (Granja de la Esperanza), que ofrece oportunidades a los dependientes químicos para volver a la vida social. En 15 años se han donado más de 1.875 toneladas de plásticos reciclables.
El trabajo es un instrumento fundamental, así como la vida familiar y la espiritualidad, en el proceso terapéutico aplicado en la Fazenda da Esperança, Obra Social Nossa Senhora da Glória, que funciona desde 1983 en Guaratinguetá, SP, como comunidad terapéutica para la recuperación de drogadictos. Presente en todos los estados brasileños, acogiendo a hombres y mujeres, la comunidad ha traspasado las fronteras con su trabajo de transformación de vidas y está presente en países de Asia, África, América y Europa, sumando 101 unidades nacionales y 56 internacionales.
Con 94 unidades de servicio repartidas por todo Brasil, sólo en 2020 se realizaron 8.397 consultas en las comunidades terapéuticas femeninas y masculinas. Esto demuestra la importancia del apoyo ofrecido por la Fazenda da Esperança, ya que los problemas sociales con las adicciones son cada vez mayores. En Brasil, por ejemplo, casi el 3% de la población brasileña (más de 4 millones de personas) mayor de 15 años se considera alcohólica, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El consumo de alcohol fue 100% responsable de unas 85.000 muertes anuales durante el periodo 2013 a 2015 en las Américas, según la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).
La metodología de recuperación de la Fazenda da Esperança, a través de la cual las personas atendidas tienen la oportunidad de volver a la vida social, libres de la adicción a las drogas y otros vicios, encuentra apoyo en un producto inusual: el plástico.
Desde hace 15 años BASF dona a la Fazenda da Esperança residuos de plástico flexible, desechados de los procesos de producción de su fábrica ubicada en el Complejo Químico de Guaratinguetá, SP. Tras colocarse en contenedores específicos, los plásticos se clasifican y se prensan para formar balas, es decir, aglomerados de plástico. Este plástico se recicla y se utiliza en la fabricación de botellas de plástico, en particular para envasar el agua sanitaria producida en la Fazenda da Esperança por las personas que han sido aceptadas y vendidas en la región como parte de la terapia laboral.
Estos residuos de plástico también se transforman en granos que se convierten en materia prima para el perfil de la madera de plástico, bolsas pequeñas, bolas para las cuentas de oración, botellas y otros objetos. La recogida de este material se realiza semanalmente en la planta de BASF y, desde 2006, ya se han donado 1.875 toneladas de plásticos reciclables, con una media anual de 125 toneladas.
La asociación va más allá de la donación de materiales plásticos. Para permitir la producción y comercialización del agua sanitaria que contribuye financieramente al 50% de los proyectos sociales de la Fazenda da Esperança, BASF proporciona las directrices para la producción de la agua sanitaria, incluyendo la fórmula. También dona pintura y, en algunas ocasiones, recursos económicos para el mantenimiento y cuidado de las familias vinculadas a esta obra social.
Júlio César Ramos da Silva, médico veterinario y voluntario de la Fazenda da Esperança, explica que los beneficiarios reciben formación y seguimiento técnico para llevar a cabo los procesos de producción de agua sanitaria. Otro punto importante es que la acogida en la Fazenda da Esperança es voluntaria. La persona escribe una carta de su puño y letra, contando su deseo de recuperarse.
Todo el proceso de recuperación dura un año, pero el paciente tiene total libertad para decidir si completa o no el tiempo necesario. "Las personas con adicciones encuentran en esta terapia, que se basa en el trípode del trabajo, la espiritualidad y la vida comunitaria, un nuevo estilo de vida. El ambiente familiar, la dedicación a la espiritualidad y la práctica del trabajo devuelven el bienestar y la dignidad a las personas. Participar en el proceso de fabricación de un producto ayuda a las personas a darse cuenta de que son importantes, de que la producción depende de cada uno de los implicados", dice el voluntario Júlio César.
"Hoy en día, el plástico es la materia prima fundamental para esta labor social. En la unidad de Santa Edwirges, donde producimos el agua sanitaria, nuestra capacidad es para 150 pacientes, que permanecen en tratamiento durante 12 meses. En este ciclo, recibimos una media de 15 a 20 pacientes internos cada mes. Gracias a la producción de agua sanitaria que hacemos con este material reciclable, hemos conseguido ahorrar entre 10.000 y 15.000 reales al mes en los costes de la unidad", comenta Júlio César.
Un estudio global publicado en la revista científica Nature Sustainability ha revelado que el 80% de la basura que se encuentra en los océanos consiste en plástico, principalmente bolsas y botellas. "La gestión sostenible del ciclo de vida de los plásticos es un reto para la industria y la sociedad. El trabajo de la Fazenda da Esperança está totalmente alineado con nuestra estrategia de sostenibilidad y responsabilidad social. Con la donación de este material, contribuimos al impacto social y ambiental en términos de lograr nuestros objetivos relacionados con la protección de los recursos naturales y la biodiversidad y también la empleabilidad, ya que los plásticos se transforman en productos, que generan puestos de trabajo para los beneficiarios de la Fazenda da Esperança y los ingresos para el mantenimiento de la institución", concluye Patrick Silva, Director del Complejo Químico BASF en Guaratingueta.
Esta importante iniciativa responde al Camino E de BASF, que considera que se puede ser productivo Y sostenible, cuidar del medio ambiente Y de las personas, bueno para el ecosistema social que se inserta Y bueno para el negocio, uniendo el apoyo al centro terapéutico Y la correcta eliminación de los plásticos de la planta.
Además, todo este frente está anclado en muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, como:
· ODS 3 Salud y bienestar, que pretende garantizar el acceso a una salud de calidad y promover el bienestar para todos en todas las edades;
· ODS 8 Trabajo decente y crecimiento económico, cuyo objetivo es promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos;
· ODS 12 Consumo y producción responsables para garantizar modelos de consumo y producción sostenibles;
· ODS 16 Paz, Justicia e Instituciones Eficaces, cuyo objetivo es promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, proporcionar acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.