Sustentabilidad en la práctica
BASF se une a la red de Bancos de Alimentos de Argentina para mitigar la vulnerabilidad alimentaria
El desperdicio de alimentos ha sido uno de los temas más debatidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), especialmente en América del Sur. Datos recientes de la organización indican que anualmente se descartan aproximadamente 1.300 millones de toneladas de alimentos, lo que corresponde al 30% del total producido. La cantidad incluye 30% de cereales, entre 40 y 50% de raíces, frutas, verduras y semillas oleaginosas, más 20% de carne y productos lácteos y 35% de pescado.
En Argentina, un país donde BASF tiene un fuerte desempeño, el 4% de los niños pasan hambre. Con las crisis económicas, la desigualdad social ha llegado a la clase media. Hoy en día, el 35,4% de la población y el 25,4% de los hogares no pueden pagar alimentos básicos: el hambre afecta a más de 15 millones de personas allí.
Comprometida con los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por las Naciones Unidas (ONU) y siendo una empresa que crea química para un futuro sostenible, BASF trabaja combinando el éxito económico, la protección ambiental y la responsabilidad social para superar desafíos e impactar a la sociedad. En Argentina, con el fin de combatir el desperdicio de alimentos y crear una alternativa social que pudiera mitigar las tasas de hambre, la empresa se unió al Banco de Alimentos de Balcarce con una iniciativa innovadora: rescatar alimentos excedentes de alto valor nutritivo y acercarlos a comunidades con vulnerabilidad social al tiempo que se reducen desperdicios.
La red de Bancos de Alimentos de Argentina es una asociación sin fines de lucro que actúa para reducir el hambre y la malnutrición en Argentina a través del rescate de alimentos, evitando su desperdicio y atendiendo a las comunidades necesitadas. Su misión es rescatar alimentos que no lleguen a la cadena comercial y que serán descartados por razones como problemas de embalaje, presentación o sobreoferta. Estos alimentos son recolectados y enviados a instituciones que trabajan con personas en estado de vulnerabilidad alimentaria.
Unidos para luchar contra el hambre
La alianza de BASF con el Banco de Alimentos de Balcarce comenzó en febrero de 2020. La idea del proyecto surgió del equipo de Soluciones para la Agricultura y Asuntos Regulatorios, quien pensó en donar a la asociación los alimentos producidos en campos donde la compañía trabaja.
Los campos donde se cultivan estos alimentos son totalmente aptos para el consumo regular.
“Nuestro objetivo era impactar a la comunidad, por lo que, con el apoyo de nuestro equipo de Relaciones Institucionales, hicimos oficial la alianza con el Banco de Alimentos e incluso invitamos a clientes y proveedores de BASF a formar parte de esta cadena de valor para rescatar alimentos y reducir el hambre. Hoy contamos con el apoyo de empresas como Volkswagen, McCain, Zarcam, entre otras”, explica Gonzalo Caldiz, consultor de ensayos en BASF.
Desde febrero de 2020 BASF ha realizado contribuciones a la Red de Banco de Alimentos de Argentina de: tomate, manzana, pera, limón, papas, entre otras frutas y verduras Para aumentar el impacto de las acciones en las comunidades, BASF recurrió a su red de trabajo para movilizar clientes, proveedores y empresas asociadas. Los primeros participantes en el proyecto fueron los proveedores de servicios agrícolas, seguidos de los proveedores de logística.
- Las empresas JLA Argentina, IBCA, SGS y Agrodesarrollos son responsables por los ensayos a campo y contratación de áreas agrícolas a los productores;
- ZARCAM puso a disposición un camión para trasladar las papas donadas, recorriendo 500km entre la ciudad de Balcarce y Buenos Aires;
- Nunhems, el negocio de semillas hortícolas de BASF realizó la donación de hortalizas de sus campos y clientes productores;
- Volkswagen, benefició al Banco de Alimentos de Balcarce con un préstamo de dos vehículos Amarok por un periodo de 6 meses. El combustible fue suministrado por BASF y gracias a esta alianza se transportaron 39.000 kilos de alimentos, beneficiando a más de 1.200 personas.
Soluciones sostenibles para la sociedad y el planeta
Los puntos más interesantes de este proyecto son sus impactos sociales y ambientales. Los alimentos que se desperdiciarían y descartarían ahora se reutilizan para alimentar a las personas vulnerables en Argentina: este principio se alinea con el objetivo de Cero Desperdicio de BASF. En el aspecto ambiental, los alimentos que se recuperan no se descartan en los vertederos, minimizando los daños al medio ambiente mediante la reducción de residuos.
“Buscamos ser sostenibles en todas nuestras acciones, por lo que incluso en áreas de investigación y desarrollo queremos ser eficientes y no generar desperdicios cuando se trata de alimentos que puedan beneficiar a los más vulnerables. Las actividades que llevamos a cabo en el campo están en línea con las Buenas Prácticas Agrícolas de BASF que buscan no causar daño al medio ambiente y a las personas”, resalta Gonzalo.
La recolección de alimentos es realizada por voluntarios que recogen la producción excedente de los campos. Las producciones que no cumplen con los requisitos de exportación o del mercado local también se recogen para donaciones.
Los bancos de alimentos estiman que es posible producir tres platos de comida con 1 kg de alimentos rescatados. En 2019, las instituciones rescataron 13 millones de kilos de alimentos, el equivalente a 36 millones de platos para alimentar a personas en estado de vulnerabilidad. Cerca de 500.000 personas fueron atendidas en los 25 Bancos de Alimentos que operan en diferentes lugares de Argentina.
Camino E
Desarrollar soluciones que cumplan con la responsabilidad social y la preservación del medio ambiente para reducir el hambre y la malnutrición son iniciativas que alinean los principios de BASF con varios Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, tales como:
ODS 1: Erradicación de la pobreza
La asociación con el Banco de Alimentos tiene como objetivo atender a las personas en situación de vulnerabilidad, minimizando el hambre y la malnutrición, al tiempo que procura reestablecerse en la sociedad.
ODS 2: Hambre cero y agricultura sostenible
La reutilización de los alimentos que se desperdiciarían contribuye a la erradicación del hambre y promueve la agricultura sostenible con prácticas más ecológicamente eficientes.
ODS 3: Salud y Bienestar
Garantizar que las personas en estado de vulnerabilidad tengan alimentos resulta en una vida más saludable, promoviendo el bienestar físico y mental.